La entrada principal y la salida de calor desde el exterior es la ventana. Si en el verano abrimos las ventanas de par en par, ventilamos la habitación, entonces en invierno, por el contrario, intentamos cerrarlas más bien. Todos recuerdan los momentos en que los espacios de las aberturas de la ventana se llenaban con goma de espuma y sellados con papel o cinta.